Los desastres que tocan nuestro país muchas veces están también relacionados con la vastísima diversidad natural de nuestro territorio: huracanes, sismos, inundaciones, entre otros.
En este mes patrio, y tan cerca de la conmemoración de los sismos del 19 de septiembre, hacemos memoria de lo que nos une como país: nuestra solidaridad para enfrentar la adversidad.
El 19 de septiembre de 1985 a las 7:19 horas , cuando no existía aún la alerta sísmica, se registró un movimiento sísmico a en las costas entre Michoacán y Guerrero. Dicho sismo estremeció la Ciudad de México, la magnitud registrada fue de 8.1 grados. A la fecha, es el evento sísmico más mortífero que ha vivido nuestro país.
Los daños en la ciudad fueron severos: edificios enteros y hospitales colapsaron. A pesar de que el gobierno declaró como cifra oficial 3692 decesos, se sabe que la cifra podría elevarse al menos a 10 mil, según lo dio a conocer la Cruz Roja.
La primera reacción y, la más importante, fue el apoyo de la sociedad civil, como lo afirma CIRES:
Por todos lados surgieron brigadas de rescate de aquellos que desinteresadamente ofrecieron algo más que sus propias manos.
Cires
Después se desplegó el ejercito y también se manifestaron muestras de ayuda y solidaridad de otros países.
El apoyo de la población en el terremoto más trágico del que se tiene registro en el país, fue fundamental para salvar vidas y encontrar familiares desaparecidos.
El huracán Wilma no ha sido superado en intensidad por ningún otro que haya pasado por México hasta ahora. Entró por Quintana Roo el 21 de octubre de 2005 y arrasó con algunas de las zonas turísticas más importantes del país: Cozumel, Cancún, La Riviera Maya e Isla mujeres. Dichas zonas turísticas fueron afectadas como nunca antes.
El saldo oficial fue de "un millón de damnificados en el país y pérdidas económicas por 30 mi millones de pesos".
El apoyo de la población civil no se hizo esperar, en esta ocasión, prioritariamente por donativos en dinero y víveres.
El 19 de septiembre de 2017 a las 11 a.m se realizaba el simulacro anual en conmemoración al terremoto de 1985, ese mismo día, dos horas después se registra un movimiento sísmico.
El terremoto de 2017 tuvo una magnitud de 7.1 grados y su epicentro fue registrado en Puebla:
La ruptura del sismo del 19 de septiembre de 2017 ocurrió dentro de la placa oceánica de Cocos ( sismo intraplaca), por debajo del continente, a una profundidad de 57 km. Si bien este tipo de sismo no es el más común en México, de ninguna manera es extraordinario.
La cercanía del epicentro con la CDMX y las características del movimiento en sí mismo, incrementaron la intensidad del sismo. La alerta sísmica sonó cuando el sismo ya sucedía, esto también por la geografía del epicentro.
El sismo del 2017 también afectó de manera importante a Puebla y Morelos. La cifra oficial de víctimas es de 370 muertos y 7289 heridos. De nuevo, fue la población civil y las instituciones privadas las primeras en actuar y dar manos o víveres en la medida de lo posible para trabajar en los escombros de los edificios derrumbados.
Después de 1985, surgieron otro tipo de organizaciones especializadas en la búsqueda: Los Topos , son quizá unos de los más conocidos.
Hoy 19 de septiembre de 2020, por primera vez, no se realizará Macrosimulacro, esto debido a la contingencia sanitaria causada por la pandemia COVID 19.
Si la alerta sísmica llegara a sonar, es un sismo y no un simulacro. Es importante siempre presentes nuestras rutas de evacuación y la mochila de emergencia en caso de evento sísmico.
Como vimos, la solidaridad de la población civil ha hecho posible que salgamos juntos de las adversidades. La memoria es importante para repetir lo que nos ha hecho más fuertes.
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