Entre los desastres naturales graves que han acontecido en la actualidad, se encuentra en el número uno la erupción del Volcán de Fuego, de 3.763 metros de altura y situado a 35 km al suroeste de la capital de Guatemala, entre los departamentos de Escuintla, Sacatepéquez y Chimaltenango, registrado este domingo 3 de junio, siendo a la fecha una de las erupciones más fuertes de las últimas cuatro décadas.
Hasta ahora, el conteo de las víctimas tras la violenta erupción ascendió hasta los 101 fallecidos, al menos 200 desaparecidos y 1,7 millones de afectados. Sin embargo, ante la alerta por parte del Instituto Nacional de Sismología, Vulconología, Metereología e Hidrología, de una onda del este que provocará lluvias a partir de hoy y posiblemente hasta el fin de semana, se han detenido las labores de rescate; esto, por el posible descenso de lahares desde las barrancas del volcán que están saturadas de material tras la erupción. Según el Instituto de Vulcanología, la mayor representación de riesgo para para los rescatistas es el propio volcán por su impredecible actividad que podría generar flujos de piroclásticos, compuestos por gases tóxicos, piedras y materia volcánica, que baja a gran velocidad y arrasa con todo lo que encuentra a su paso.
Cabe mencionar que el Volcán de Fuego es uno de los volcanes más altos y violentos del mundo; sus cuestas están formadas por capas acumuladas de lava y ceniza.
Lo que hoy se conoce como los departamentos de Escuintla, Sacatepéquez y Chimaltenango, donde su ubica el coloso, fueron declarados desde el domingo en alerta roja. Causando que las comunidades de Escuintla fueran sepultadas bajo toneladas de escombros.
En 1974, el Volcán de Fuego produjo la erupción más violenta entre Sacatepéquez y Chimaltenango, provocando serios daños a la agricultura, principalmente a cultivos de café, plátano y ajonjolí.
Tiquisate, Retalhuleu, Champerico y San Pedro Yepocapa fueron las que más sufrieron los embates de la fuerza de la naturaleza, con una mezcla expulsada de lava y fuego.
En un panorama desolador, San Pedro Yepocapa, Chimaltenango, quedó semienterrado a consecuencia de tanta arena y ceniza, que llegaron hasta Chiapas y Oaxaca, México, ya que fueron cuatro días de intensa erupción.
Asimismo, para varios departamentos del norte amaneció rojizo, derivado de la caída de arena por la actividad el volcán.
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